Deja 52 muertos riña en cárcel brasileña

Contraportada // Redacción

Al menos 52 personas han muerto en un motín en una cárcel de Altamira (en el Estado de Pará, al norte de Brasil). La superintendencia del sistema penitenciario estatal ha informado de que el origen de los disturbios fue una pelea entre facciones que comenzó a las siete de la mañana (hora local) cuando presos de una organización criminal, encarcelados en un ala de la prisión, entraron en otro ala donde están encerrados reclusos de otro grupo.

La misma fuente ha asegurado que cuando empezaron los incidentes, las instalaciones fueron clausuradas y, ha añadido, los presos les prendieron fuego, de manera que algunos de ellos murieron asfixiados.

Dieciséis de los muertos en las cinco horas que duró el suceso fueron decapitados y el resto murió asfixiado. Las autoridades han detallado que dos funcionarios de prisiones fueron hechos rehenes, pero ya han sido liberados tras las negociaciones de las autoridades.

Esta es la segunda masacre más grave de este año en las cárceles de Brasil, son escenario frecuente de disturbios y muertos. Hace solo dos meses, 57 reclusos murieron en un complejo penitenciario, en Manaos, la capital del Amazonas, donde hace dos años otra revuelta en un presidio acabó con la muerte de 56 personas.

La mayoría de las cárceles de Brasil son de gestión estatal. Están hipermasificadas y las condiciones de vida son a menudo lamentables. Habitualmente los miembros de distintas facciones criminales (como el Comando Vermelho de Río de Janeiro, el PCC (Primer Comando Capial) de São Paolo, la Familia do Norte, etcétera) están separados en distintas galerías para evitar enfrentamientos.

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